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domingo, 20 de mayo de 2012

El laboratorio del seminario

Un cuaderno de contabilidad de 1862 recuerda la primera compra de instrumentos. Hacía sólo cuatro años que el Seminario de Ciutadella había arrancado después de que la isla restaurara su diócesis. En él se desarrolló la enseñanza de las ciencias naturales y, siguiendo el decreto Cañal, se creó el primer laboratorio de física. Durante muchos años Menorca no fue una diócesis independiente. La sede estaba en Mallorca y esto, junto a la falta de recursos económicos, hizo que no se planteara la creación de un seminario. Los menorquines que querían seguir la carrera eclesiástica tenían que salir de la isla. Sin embargo, la restauración de la diócesis en 1785 dio un giro a las circunstancias.

El obispo Tomás de la Roda Rodríguez primero, y la reina Isabel II después, autorizaron la creación de un seminario. El centro –dotado con 4.000 duros anuales de subvención además de los ingresos por matrículas con los que contaba– era el encargado de proporcionar una formación adecuada a los religiosos. En 1858 la escuela abría sus puertas.

Aquélla fue una fecha señalada. Durante unos años y tras el cierre de la Escuela Náutica de Mahón, el Seminario se convirtió en el único centro de enseñanza secundaria. «Los documentos que se conservan apuntan a que también había alumnos no religiosos que se preparaban allí para después obtener el título», señala la licenciada en Física e investigadora, Paz Carreras. Una especie de preparación por libre para el examen final que se realizaba en Palma.

El nuevo Seminario de Ciutadella –instalado en el convento del Socors– supuso el impulso y desarrollo de la enseñanza en ciencias de la naturaleza. Sin embargo, la física y las disciplinas hoy consideradas científicas, se incluían en la filosofía. A lo largo del siglo XIX, algo más tarde en las instituciones eclesiásticas, alcanzaron su independencia. «Pese a ser un seminario, la formación en biología y otras ramas seguía corrientes avanzadas, aunque no fueran pro-darwinistas», apunta Carreras. El Archiduque Luis Salvador publicó en su Die Balearen el primer plan de estudios del centro. En primero, se impartía lógica, ontología y matemáticas; en segundo, cosmología, física y química; y en tercero, historia natural.

En 1862 aparecen las primeras referencias del gabinete de física del Seminario. Un cuaderno de contabilidad refleja la primera compra de instrumentos relacionados con la electricidad. El valor de la adquisición duplicaba los ingresos de las matrículas de un año.

En 1881 se aumentó la dotación del laboratorio con 58 nuevos instrumentos de mecánica, acústica, óptica y electricidad, entre otras ramas. Entre ellos, los hemisferios de Magdeburgo (un dispositivo para demostrar la presión atmosférica) o la máquina hidráulica Fuente de Herón. Hacia 1920 se produjo una de las mayores compras con un centenar de aparatos como un microscopio solar o el fotómetro de Rumford.

«No se conoce muy bien cómo se empleaba el laboratorio. En los planes de estudio no aparecen horas dedicadas a prácticas», apunta Carreras. Según la información existente, además del hecho de que «sólo se conserva un pieza de cada instrumento», indican que eran los profesores quienes utilizaban el material para hacer demostraciones que apoyaran sus explicaciones teóricas.

Las festividades y celebraciones escolares eran la oportunidad que tenían los alumnos para demostrar sus conocimientos con los instrumentos del laboratorio. En el día de Santo Tomás de Aquino de 1899, el estudiante Nicolás Pascual fue el encargado de hacer una exhibición sobre electricidad y rayos X.

El gabinete se convirtió pronto en todo un referente. El decreto Cañal exigía que todo centro de educación secundaria tuviera un laboratorio de física. Un requisito que Paz Carreras y Josep M. Vidal, autores de El gabinet de física del Seminari Conciliar de Menorca –editado por el Institut Menorquí d’Estudis (IME)–, relacionan con la adquisición de instrumentos. «El obispado ya tenía en mente un proyecto para crear un centro de bachillerato», apuntan.

Tras la Guerra Civil, algunos testimonios señala que el instrumental formaba parte de una suerte de museo que ya no tenía ningún uso. «El Seminario reguló que no hubiera alumnos no religiosos. Ya se había abierto el instituto laico y se trasladaron a estudiar allí», relata Carreras. Una nueva medida que, ante la falta de estudiantes, llevó a suprimir los cursos superiores en los que se impartían las asignaturas científicas.

Hace algo más de un año, la investigadora y Gabriel Julià –ambos becados por el IME y con la coordinación de Josep M. Vidal– catalogaron más de 150 aparatos de astronomía, óptica, anatomía o mecánica. «La electricidad es la rama más presente, mientras que los de física son los que menos se han conservado», explican. Más de 70 se exponen ahora en el Museo Diocesano de Ciutadella.

Baleópolis nº113  07-06-2011

Fuentes

CARRERAS, Paz & VIDAL HERNÁNDEZ, Josep M. El gabinet de física del seminari de Ciutadella

1 comentario:

  1. Un article molt interessant però permeteu-me corregir un petit detall: les persones becades per l'IME van ser Paz Carreras Seguí i Carles Garcia-Roca, no Gabriel Juilà com posa al darrer paràgraf.

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