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viernes, 25 de octubre de 2013

Paul Géroudet: el vigía del buitre negro

Paul Géroudet
1917-2006

En apenas una década, el número de ejemplares de buitre negro se redujo a la mitad en Mallorca. El comienzo de la debacle, a principios de los 70, coincidió con un incipiente movimiento conservacionista en la Isla. Fue entonces cuando un cetrero mallorquín puso en marcha un proyecto para la edición de un texto que concienciara sobre las rapaces. Su autor sería el reconocido ornitólogo suizo Paul Géroudet, que elaboraría un documento pionero en España.

Su carrera como naturalista fue un sprint desde el inicio. Nació en diciembre de 1917 en Ginebra (Suiza), donde las visitas al Museo de Historia Natural junto a su padre y las lecturas infantiles despertaron su fascinación por la naturaleza. Tenía sólo 15 años cuando comenzó a formarse en ornitología de manera autodidacta, y 22 cuando se convirtió en editor de la revista Nos Oiseaux (Nuestras aves).

Hacia 1938, Paul Géroudet era uno de los ornitólogos más prestigiosos de Suiza. Sin embargo, la imposibilidad de encontrar un trabajo remunerado en este área, le llevó a diplomarse en Magisterio y a ejercer como profesor durante casi treinta años. No obstante, nunca dejó de lado su orientación científica y su trabajo de campo.


domingo, 6 de octubre de 2013

Longinos Navás, el baptizador de insectos

Longinos Navás
1858-1938

Dicen que su vocación naturalista era tal que fue capaz de completar en dos años la licenciatura de Ciencias Naturales. Otros aseguran que Longinos Navás nunca tuvo formación científica, pero que su capacidad autodidacta le convirtió en uno de los entomólogos más destacados de la primera mitad del siglo XX. Su llegada a Mallorca en 1909 sirvió para llamar la atención sobre insectos hasta entonces desconocidos.

Nació en Cabassers (Tarragona) en 1858. Estudió bachillerato en Reus y Derecho en la Universidad de Barcelona antes de que su vocación religiosa –que había iniciado en el seminario de la Ciudad Condal– le llevara fuera de España. La supresión de la Compañía de Jesús hizo que tuviera que trasladarse al sur de Francia para, en 1875, ingresar en un noviciado.

Sería ya con el nuevo permiso para la actuación de los jesuitas en nuestro país, cuando se ordenara sacerdote en 1890. Su llegada al Colegio del Salvador en Zaragoza fue para Navás el descubrimiento de una nueva vocación. Se convirtió en responsable del pequeño museo de Historia Natural, así como en profesor de la misma disciplina.

Su entusiasmo por aquella nueva faceta hizo que en 1904, y según algunos, se licenciara en Ciencias Naturales después de haber hecho la carrera en sólo dos años. El interés del religioso se centró luego en los insectos, de los que llegó a describir cerca de 400 géneros y más de 2.600 especies nuevas.

A Mallorca llegó en 1909 en el marco de un Congreso mariano celebrado a principios de julio. Se hospedó en el Seminario, donde visitó el museo de Historia Natural. Allí conocería de primera mano la colección entomológica del también religioso Fernando Moragues (ver entrada). "Más rica en especies y ejemplares para himenópteros y hemípteros de lo que esperaba", escribiría después.

Jovellanos, el naturalista


Gaspar Melchor de Jovellanos
1744-1811

"Privado de papel, pluma, lápiz, tintero u otra cosa con que pudiera escribir". Así tenía que transcurrir el encierro de Gaspar Melchor de Jovellanos en el castillo de Bellver. Pero lo cierto es que los seis años que pasó en la fortaleza fructificaron en varias obras. Entre ellas, una minuciosa descripción de la zona que incluía animales y plantas. Una faceta naturalista que ya en la Cartuja de Valldemosa le había llevado a escribir una flora medicinal hoy perdida.

Nació en Gijón en enero de 1744. Un ilustrado de ideas renovadoras que se instaló en Madrid a finales de la década de los 70. La reforma educativa, la desamortización de tierras y la nueva ley agraria fueron algunos de sus frentes. Pero el estallido de la Revolución francesa en 1789, el miedo español al contagio y la llegada al trono de Carlos IV, acabaron por apartar de la vida pública a los pensadores más avanzados. Entre ellos, Jovellanos.

Consiguió ser ministro de Gracia y Justicia nombrado por Godoy en 1797, pero apenas se mantuvo un año en el cargo. Las intrigas de la Corte, los enemigos políticos y otras tantas acusaciones conllevaron no sólo su destitución, sino también su detención. En marzo de 1801 era un prisionero del Estado obligado a trasladarse a Mallorca.

En abril llegaba a la Cartuja de Valldemossa. Las órdenes eran impedirle cualquier comunicación con el exterior. Y allí, recluido en su celda, Jovellanos acabó por caer enfermo. Los cartujos se encargaron entonces de atenderle. El prior, incluso, pidió a la Corte que le rebajaran el castigo. Y, sin esperar respuesta, proporcionó al prisionero libros y papel para escribir además de permitirle paseos por los alrededores.

Martin Eisentraut, el acelerador de Darwin

Martin Eisentraut 
1902-1994 

Miró a un lado y a otro. No había nada ni nadie que pudiera impedírselo. Encaramado a un acantilado de Es Dau Gros, Martin Eisentraut estaba a punto de revolucionar la ciencia. Abrió un recipiente –una jaula o una caja– y soltó en el islote ocho lagartijas macho del Escut Vermell y 20 hembras de Ibiza. Un reto para la naturaleza que acabó por darle la razón al darwinismo.

La zoología siempre estuvo en su vida. Nació en octubre de 1902 en Thungia, Alemania. La disciplina estaba en los primeros escarceos de Eisentraut con la naturaleza. También en las tres especialidades que, junto a botánica y geología, estudió en la Universidad de Halle para doctorarse en 1925.

Su currículum comenzó en el Museo de Historia Natural de Berlín. Allí consiguió colaborar en la sala de biología para una exposición sobre la hibernación. Le fascinaron los hamsters europeos y los murciélagos, a los que acabaría por dedicar una quinta parte de sus estudios. Pero las lagartijas se cruzaron en su camino.

Los años 20 marcaron el boomde la herpetología en Alemania. «Una auténtica locura en la que los científicos competían en la descripción de subespecies y, después, en conseguir que las revistas publicaran sus hallazgos», explica el profesor de Zoología de la Universidad de Salamanca, Valentín Pérez Mellado. Baleares se antojaba como un paraíso para aquellos estudiosos. Un archipiélago plagado de islotes por explorar y por sacar a la luz nuevos descubrimientos. Eisentraut llegó en 1928 en una suerte de competición, según algunos, con el herpetólogo L. Müller.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Francesc Barceló i Combis, el retratista del zoológico

Francesc Barceló i Combis
1820-1889

Del cielo al mar y de la tierra, al río. No quedó medio alguno que Francesc Barceló i Combis no inventariara con su pluma de teórico de la zoología. Había desterrado la idea de ejercer la medicina por la docencia de las ciencias naturales. Y por su enciclopedia de las Baleares pasaron pájaros, reptiles y moluscos.

Desde su Peratallada natal –en el Baix Empordà catalán– Barceló i Combis soñaba con ser médico. Por eso se licenció en Cirugía y Medicina en Barcelona, pero luego llegaron la Física, la Química y la Botánica. Su camino se alejaba del quirófano y se acercaba a las aulas. Mallorca y el Institut Balear –una institución fundamental en la enseñanza de la isla en el siglo XIX– terminaron de marcar su rumbo.

En 1847 obtenía la plaza de catedrático interino de Física y Química del Instituto Balear y se trasladaba a Palma. Cinco años después la adquiría en propiedad y comenzaba su andadura como maestro en Mallorca. Más tarde se convertiría también en catedrático de Historia Natural del Instituto de Segunda Enseñanza.

jueves, 22 de marzo de 2012

Ramón y Cajal y los cefalópodos de Porto Pi

Santiago Ramón y Cajal
1852-1934


Con la concesión del Nobel de Medicina en 1906, a Santiago Ramón y Cajal le llovieron las ofertas para presidir actos científicos en toda España. El Colegio Medicofarmacéutico de Palma también decidió nombrarle socio de honor después de un gran homenaje que no pudo contar con su presencia. Pasarían cuatro años hasta que el célebre histólogo llegara a Mallorca en un viaje en el que estudió el sistema óptico de los cefalópodos en el antiguo laboratorio de Porto Pi.

El Nobel le complicó la agenda a Ramón y Cajal. Aquel galardón movilizó a un panorama científico de instituciones y academias que se disputaron su presencia durante los años siguientes a 1906. Así empezó, también, su relación con la Isla. El 3 de marzo de 1907 el Colegio Medicofarmacéutico de Palma nombraba al histólogo socio de honor y celebraba una gran velada como homenaje a la que él no pudo asistir.

Tampoco lo hizo en 1908. Su amigo, el zaragozano Odón de Buen (ver entrada), acababa de ser elegido director del Laboratorio de Biología Marina de Palma y decidió invitarle al acto de nombramiento. Les unía una estrecha relación forjada durante los años de formación que compartieron en la Institución de Libre Enseñanza y en la Escuela Moderna de Ferrer Guardia. «Pero Cajal [que entonces tenía 54 años] seguía poniendo la investigación por encima de todo, y le costaba mucho dejar la silla y el microscopio y salir del laboratorio», señala el Doctor en Biología y profesor de Fisiología de la UIB, Antoni Gamundí.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Un plan para Alexander Von Homeyer

Alexander Von Homeyer
1834-1903

Los artículos baleares de Von Homeyer parecen crónicas de otro tiempo. Su viaje al archipiélago, de apenas tres meses, no fue sólo una expedición ornitológica más, sino el testimonio y el censo de toda una colección de aves acuáticas que acabó por desaparecer. Hoy, algunas de aquellas especies pueden presumir de resurrección gracias a un plan bautizado en honor del alemán.

Nació en enero de 1834 en Vorland, Alemania. Miembro de una familia aristocrática, Alexander Von Homeyer comenzó sus estudios universitarios antes de dar un nuevo rumbo a su vida en 1852. Fue entonces cuando se enroló en el ejército prusiano, del que se retiraría en 1878 con el rango de mayor.

Su carrera militar fue, probablemente, la que le permitió –a través de la exploración de nuevos territorios– profundizar en su pasión por la naturaleza. Más concretamente en la ornitología, faceta que parecía haber heredado de su tío, el ornitólogo Eugene Ferdinand Von Homeyer.

La expedición de la Sociedad Germanoafricana liderada por el explorador Paul Pogge en 1874 –con la que recorrieron gran parte de Angola y Congo–, sería una de sus aventuras más destacadas pero no la primera. Además de su ingreso en la Sociedad de Investigación Natural de Senckenbergische, en 1861 viajaría a Baleares en el que sería su debut en un viaje de investigación ornitológica y que duraría unos tres meses.

domingo, 22 de enero de 2012

Eduard Boscà y la lagartija pitiusa

Eduard Boscà
1843-1924

En 1877 Eduard Boscà revolucionaba la zoología en nuesto país. Después de trece años de trabajo, publicaba la primera versión del Catálogo de los reptiles y anfibios observados en España, Portugal e Islas Baleares. Además de la innovación de su carácter nacional, sería el primer estudio herpetológico del archipiélago. Una investigación pionera a la que seis años más tarde sumaría la descripción de una nueva especie: la lagartija Podarcis pityusensis.

Nació en Valencia en 1843, la misma ciudad en la que primero se graduaría como bachiller en Medicina y Cirugía antes de licenciarse en Medicina y Ciencias en su universidad. Pese a que ya se iniciaba en la investigación pasó sus primeros años vinculado a la docencia. En 1873 doctoraba en Ciencias Naturales en la Universidad de Madrid e iniciaba su carrera como profesor.

La Escuela de Agricultura y Veterinaria de la Diputación de Valencia se convirtió, aquel mismo año, en su primer destino. Después llegarían los institutos de segunda enseñanza de Xátiva, Albacete y Ciudad Real. Faltaba sólo un año para que viera la luz pública la que sería su gran obra.

miércoles, 18 de enero de 2012

Lord Lilford, entre aves y reptiles

Thomas Littleton Powys
Lord Lilford
1833-1896

Su pasión por los animales siempre tuvo algo de excéntrico. Además de la pequeña reserva salvaje que creó en Harrow, cuentan que su aviario incluía una pareja de quebrantahuesos domesticados. Pero Lord Lilford fue también un gran viajero. Un zoólogo, fundador de la British Ornithologists Union, que llegó a Baleares en 1865. Aquí no sólo repasó la avifauna del archipiélago sino que descubriría una lagartija endémica que sería bautizada con su nombre.

Su título nobiliario fue lo primero que heredó. Hijo primogénito de Thomas Atherton Powys, se convertiría en el cuarto barón de Lilford. Había nacido en Londres en 1833 como Thomas Littleton Powys, en el seno de una familia de la aristocracia. Allí, en Inglaterra, transcurrió su primera formación hasta realizar, en 1850, una estancia de un año en Lausana (Suiza).

Con el regreso a su país llegaría, en 1851, su ingreso en la Universidad de Oxford, institución que abandonaría sin haber conseguido título alguno. Por entonces, Lord Lilford comenzaba a hacer oficial su interés por la zoología. En 1852 sería elegido como miembro de la Zoological Society. Pero sería un año
después, con su primera expedición por Europa, cuando se confirmaría su orientación hacia la ornitología.

Durante un viaje por Sicilia, Gales e Irlanda conoció a Edward Clough Newcome, el cetrero más importante de la época, con quien descubriría aquella nueva disciplina. Aquella primera experiencia sería el inicio de sus investigaciones por todo el mundo. Mientras, en 1858, se convertía en uno de los ocho socios fundadores de la British Ornithologists Union. En 1867 alcanzaría el cargo de presidente, puesto que ocuparía hasta su muerte.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Friedrich Will, el topógrafo del Archiduque

Friedrich Will

Llegó a Mallorca siguiendo las huellas de Willkomm. Sus trabajos sobre Baleares inspiraron a Friedrich Will una expedición desde su faceta entomológica. Sin embargo, fue reencontrando a los colaboradores del botánico como conoció a la familia Moragues, propietaria de las cuevas del Drach. Con el Archiduque como mecenas, acabaría por realizar el primer estudio planimétrico de la gruta. Pocos datos se conservan sobre la biografía de Will. Originario de Alemania, donde algunas fuentes sitúan su nacimiento en 1847, fue teniente del ejército. Una carrera, la militar, que frustraría en varias ocasiones su soñada expedición a Baleares. Enero de 1880 sería la fecha en la que conseguió dejar atrás Munich para embarcarse hacia Mallorca.

Su tarjeta científica le presentaba como entomólogo. El segundo día de su estancia en Palma, donde se alojaba en una fonda de la calle Conquistador que acabaría por transformar casi en un gabinete de historia natural, comenzó la recolección de ejemplares. Apenas una jornada bastó para recopilar 600 entre los que se encontraban especies como el escarabajo Rhytideres plicatus o el Rhytirrhinus dilatatus. Pero había algo más. Friedrich Will llegaba inspirado por los trabajos que su paisano, el botánico Moritz Willkomm (ver entrada), había realizado sobre el archipiélago.

La firma de Willkomm en el libro de visitas de Raixa le puso en la pista. Conocer a Francisco Manuel de los Herreros fue el siguiente eslabón de la cadena. No sólo resultó haber sido uno de los mayores colaboradores de Willkomm, sino uno de los principales confidentes del Archiduque Luis Salvador. Un noble del que Will descubría el interés por los estudios científicos y la entomología.


sábado, 22 de octubre de 2011

Vell marí, la odisea de la especie

Quizá Ulises nunca vio a las sirenas. Tal vez se tapó los oídos con cera y pidió ser atado al mástil en balde. Lo que asomó en la superficie parecía tener cabeza humana y, al sumergirse, lucía una extraña cola de doble aleta. Si se echa mano de la Historia Natural, aquellos seres serían focas monje. Una especie a la que la ciencia llegó tarde para salvar.

Plutarco y Plinio El Viejo ya referenciaron su existencia e incluso se ganó un hueco en la Historia animalium de Aristóteles a quien algunos autores adjudican una primera disección. Sin embargo, no fue hasta 1779 cuando Johann Hermann dio nombre a aquel animal marino de piel grisácea y vientre blanco cuya evolución era paralela a la del propio Mediterráneo. El francés tuvo la posibilidad de examinar un ejemplar que acompañaba a una compañía circense de Venecia. Su nombre sería foca monje porque los pliegues de su cuello le recordaban a los de un hábito y porque parecía un animal solitario.

«Aquella primera descripción científica fue un gran avance como estudio para demostrar que era una especie diferente, pero hasta los años 60 del pasado siglo apenas hubo un goteo de publicaciones», afirma el investigador y ex presidente del GOB, Xisco Avellà. En España la primera información aparece entre los siglos XVII y XVIII tras el avistamiento de un ejemplar en la playa de Cullera (Valencia).


viernes, 7 de octubre de 2011

Francesc Español, el rastreador cavernícola

Francesc Español
1907-1999

Pasaron seis años desde que Francesc Español descubrió lo que parecía una nueva especie de coleóptero cavernícola hasta que Jeannel lo corroboró bautizándolo como Speophilus españoli. Fue el impulso definitivo que centró su interés por la zoología en la entomología. Una faceta con la que llegó a Baleares en los años 30 para catalogar el universo de endemismos de las cuevas pitiusas.

La vocación de Francesc Español estaba clara desde su adolescencia. Nació en Valls (Tarragona) en 1907 y ya cuando estudiaba Bachillerato en la misma localidad, empezó a interesarse por los insectos. Su colección de coleópteros y hemípteros llegaba a las cuarenta cajas, material que años después iría a parar al Museo de Zoología de Barcelona.

Poco después se centraría en el estudio de la fauna cavernícola. Tenía sólo 17 años cuando, en 1924 y en la cueva de Traça (Tarragona), descubriría su primera nueva especie. El ejemplar fue enviado al entomólogo francés René Jeannel al Museo Nacional de Historia Natural de París. El experto tardaría seis años en confirmar el hallazgo y bautizarlo como Speophilus españoli


sábado, 27 de agosto de 2011

Ramon Margalef, el primer ecologista marino

Ramon Margalef
1919-2004

Los seis años que el ejército arrebató a la vida de Ramon Margalef acabaron en Mallorca en 1943. Fue aquí donde el científico se inició en el estudio de los organismos acuáticos con el que, años después, se convertiría en un referente mundial. Una faceta que pasó del análisis empírico y directo a un nivel superior de la biología y que sentó las bases de una nueva ciencia: la ecología. 

Su vocación comenzó como una afición en el huerto de aquella casa barcelonesa en la que nació en 1919. Descubrió el mundo de los insectos, aprendió a clasificar mariposas y se enroló en el Centre Excursionista de Catalunya donde aprendió la relación de determinadas especies con su entorno.

La Guerra Civil lo truncó todo. Tenía sólo 19 años cuando fue llamado a filas. Ramon Margalef redactó comunicados y crónicas con una vieja máquina de escribir y participó en la Batalla del Ebro antes de creer que terminaba su tiempo en el ejército. No sería así. Con el bando nacional victorioso, volvió a ser reclutado en la unidad de artillería. Franco preparaba la intervención de España en la Segunda Guerra Mundial del lado de Alemania e Italia. Pero nunca se haría realidad.


viernes, 26 de agosto de 2011

Philip W. Munn: el compilador de la avifauna

Philip W. Munn
1865-1949

Philip W. Munn llegó a Mallorca buscando un lugar en el que retirarse. Era 1918 cuando aquel marine inglés jubilado visitó la isla por primera vez. Bastó un año para convencerse. Aquella albufera alcudienca le demostró que había encontrado no sólo el paraíso para su vejez, sino el mejor escenario para su afición ornitológica. 

Aquí elaboró la primera guía de la avifauna balear. «Antes de llegar a Mallorca, Munn era como una figura fantasmal», señala el investigador y ornitólogo, Jesús Jurado. Nació en 1865 en Laverstroke (Hampshire, Inglaterra), la misma localidad en la que llegaría a ser directivo del banco local. El sobrenombre de Capitán Munn hace pensar que luego se convirtió en marinero.

Su vinculación con la marina mercante parece explicar sus primeros trabajos ornitológicos. «En 1892 ya era socio de la British Ornithologist’s Union. Dos años más tarde publicaba en su revista un artículo sobre las aves de Calcuta. Y, ya en 1905, editó The birds of Hampshire and the isle of Wight, un volumen de 400 páginas.

«Con el estallido de la Primera Guerra Mundial parece que fue absorbido por la marina militar», apunta Jurado. De hecho, una nota en el London Gazzette informaba en 1915 de su promoción como teniente provisional del 13º batallón del Hampshire Regiment.


sábado, 4 de junio de 2011

Jaume Ferrer Aledo: un nuevo modelo de ictiólogo


Jaume Ferrer Aledo
1854-1956


El panorama cambió con el siglo XX. La ictiología no profesional continuaba y, con ella, la herencia de sus predecesores. Sin embargo la nueva hornada actuó como corresponsal de investigadores profesionales, mantuvo relaciones con instituciones científicas y empleó revistas –el Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural, en el caso del menorquín– para publicar sus trabajos.

Pasaron treinta años desde que Jaume Ferrer Aledo se instaló de nuevo en Menorca, ya con su licenciatura en Farmacia bajo el brazo, hasta que publicó su primer artículo científico. Para entonces ya se había distanciado de su contemporáneo y paisano, Hernández Ponsetí (ver entrada). Mientras éste instalaba un observatorio meteorológico en la azotea de su botica, Ferrer colgaba la bata para pasarse a la ictiología. Entre sus logros, la publicación de un completo catálogo y el descubrimiento del Pseudaphya ferreri.

Nació en Mahón en 1854 y pronto fue considerado uno de los principales representantes de la primera generación menorquina de científicos del siglo XX. Estudió en su ciudad natal la segunda enseñanza antes de trasladarse a la Universidad de Barcelona donde obtuvo la licenciatura en Farmacia en 1877. En 1878 estaba de vuelta en Menorca. 


domingo, 29 de mayo de 2011

Emil Racovitza: el viaje a la cueva del dragón ciego

Emil Racovitza
1868-1947

Desde que el hombre salió de las cavernas las leyendas consiguieron convertir esos espacios en morada de gigantes y monstruos. El solo nombre de las cuevas del Drach amenazaba con descubrir en su interior un horrible dragón de dos cabezas. Sin embargo, el primer animal que se encontró fue un pequeño crustáceo ciego y transparente. Una fiera insignificante descubierta por Emil Racovitza que dio origen a la bioespeleología moderna.

Convertidas en lugar de obligada peregrinación turística, las cuevas del Drach ya se visitaban desde el siglo XIX. Sin embargo ningún científico había entrado en sus cavidades para investigar más allá de las estalactitas con forma de palmera. Nadie desafió el misterio de las cavernas hasta que llegó Emil Racovitza.

«En aquella época los laboratorios oceanográficos de Europa estaban en contacto. El de Baleares invitó a Racovitza a hacer una visita a Mallorca en julio de 1904», explica el profesor asociado de Ciencias de la Tierra de la UIB y colaborador del Museo Balear de Ciencias Naturales, Ángel Ginés. Fue el propio Odón de Buen (ver entrada) –responsable del laboratorio balear– quien llevó a Racovitza a las Cuevas del Drach en una de sus excursiones. La trayectoria del científico rumano era ya abrumadora: doctorado en Ciencias en París había participado en la expedición oceanográfica Bélgica al Antártico.


jueves, 26 de mayo de 2011

Joan Bauzà Rullan: los peces que poblaron Muro

Joan Bauzà Rullan
1916-2004

Cuando Joan Bauzà Rullan llegó a Mallorca ya traía tras de sí una parte de la historia de la Isla: la de los sollerics que emigraron a Francia buscando un futuro mejor y que regresaron años más tarde. Casi un siglo después, la historia balear le reconocía como uno de los pioneros en la paleoictiología.

Nació en Marsella en 1916, hijo de una de aquellas familias sollericas emigradas al país vecino. Volvió a la Isla aún de niño y, aunque se sabe poco sobre sus primeros años aquí, se conoce que ya de muy joven comenzó sus estudios de mineralogía y química de manera autodidacta. «Era algo muy habitual entre los naturalistas. Bauzà Rullan se inició, como muchos otros, de la mano de Guillem Colom, un importante científico solleric. Sin embargo al especializarse en una rama muy diferente, sus caminos se separaron», explica la directora del Museu Balear de Ciències Naturals de Sóller, Carolina Constantino.

Poco a poco, Bauzà Rullan comenzó a orientar su trayectoria hacia la paleontología. Según Constantino, una especie de gran casualidad acabó por definir aún más su carrera. «En su búsqueda de fósiles se percató de que encontraba muchos restos de peces. Ese abundante material y el vacío existente en ese campo de estudio le llevó a especializarse en la paleoictiología», afirma la directora. Una disciplina dedicada a los peces fósiles.


Adolf Von Jordans: el paraíso de la ornitología

Adolf Von Jordans
1892-1974

Adolf Von Jordans fue uno de los últimos privilegiados que conoció Mallorca cuando aún era casi un vergel. Un paraíso perfecto para llevar a cabo su tesis: el estudio de la variabilidad geográfica en las especies ornitológicas y que plasmó en su tesis Die Vogelfauna Mallorcas.

"Hoy en día no habrá ninguna zona en Europa tan desconocida en el aspecto zoológico como España y las Baleares", escribió una vez Von Jordans. Había sido el Doctor Alexander König –zoólogo y mecenas de las ciencias naturales– quien le había abierto las puertas de la ornitología. En poco tiempo se convirtió en conservador del famoso Museo König de Bonn, centro que también dirigiría entre 1947 y 1957. Sin embargo fue el teólogo Otto Kleinschmidt quien le puso en la senda de la avifauna de zonas poco conocidas.

Con aquella inquietud como meta, el alemán empezó a recorrer Europa: Bulgaria, Sicilia, Creta... Su objetivo era analizar la variabilidad geográfica de las aves. El siglo XX vivía sus primeros años y el concepto de subespecie volvía a estar en apogeo. "Se especializó en taxonomía y describió gran número de subespecies, pero como no es una ciencia exacta se guía por tendencias y muchos de sus descubrimientos no han sido reconocidos por la comunidad científica", explica el también ornitólogo, Jesús Jurado.


domingo, 20 de marzo de 2011

Pere Joan Campins: el obispo de la Ilustración

Pere Joan Campins
1859-1915

La Historia nunca avanza igual para todos. Mientras la Revolución Francesa ponía el acento en la fuerza del pueblo, la Iglesia iba quedando cada vez más aislada. Hacía siglos que había perdido el tren de la modernidad y la conexión con su contexto real. Una distancia que el obispo Campins intentó acortar en apenas unos años.

Pere Joan Campins pasó toda su vida vinculado a la Iglesia: con apenas 11 años entró en el Seminario y, con sólo 25, fue consagrado sacerdote. Se había licenciado, además, en Teología y Derecho Canónico en Toledo, uno de los centros con más prestigio de la época.

Su trayectoria y su personalidad le convirtieron en uno de los personajes más queridos en la Iglesia mallorquina. A la muerte del obispo Jacint Maria Servera, todos los rectores de la Isla firmaron un documento en el que pedían que Campins –por entonces vicario capitular– fuera designado como nuevo obispo. "Costa i Llobera fue uno de los que más intervino en el proceso, ya que era muy influyente. Su amistad con monseñor Guerri era un hilo directo con el Vaticano", explica el director de la Biblioteca Diocesana, Gabriel Seguí. El nombramiento se hizo efectivo en 1898.


sábado, 19 de marzo de 2011

Francis C.R. Jourdain: el coleccionista de huevos

Francis C.R. Jourdain
1865-1946

Si Francis C.R. Jourdain viviera hoy en día sería poco más que un delincuente y un científico clandestino. Barceló i Combis (ver entrada), Von Jordans (ver entrada), Philip W. Munn... (ver entrada) Todos ellos habían inventariado y catalogado la avifauna balear. Él quiso ir un paso más allá. Exploró en los nidos, midió y recolectó los huevos y se convirtió en un precursor de la oología en las Islas.

Su carrera religiosa le vino dada casi por herencia. Francis C.R. Jourdain nació en marzo de 1865 en Ahsbourne (Inglaterra), primogénito del reverendo F. Jourdain. Tenía poco más de veinte años cuando, tras graduarse en el Magdalen College de Oxford, fue ordenado sacerdote en 1890. Cuatro días después, se le designó como vicario de Clifton donde permaneció veinte años hasta convertirse en rector de Appleton (Berkshire) en 1914.

Jourdain se retiró en 1925, y nada se sabe de dónde continuó su vida. Hacía ya años que recorría el mundo en pos de aquella ornitología en la que se inició como investigador amateur y llegó a convertirse en una autoridad en toda Europa. Viajó a Chipre, Holanda y Córcega, pero también a África del Norte y a Asia. En 1921 lideró las primeras expediciones al Ártico, llegando a las islas de Spitsbergen y Bear Island. El fruto de aquellos trabajos se publicó en la revista Ibis. Entre 1938 y 1941 elaboraría su gran trabajo editorial: los cinco volúmenes de The Handbook of British Birds.
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