Joan Roman Calbet
1849-1910
Un puñado de monedas púnicas fueron el primer paso. En aquel momento, Ibiza era casi un vergel para la numismática. Pero el creciente interés de Joan Roman Calbet por la arqueología y el acierto con el que clasificaba los hallazgos, le hicieron destinatario de las más diversas antigüedades. En unos años no sólo tuvo una de las colecciones más importantes de la isla sino que sería una pieza fundamental en la Sociedad Arqueológica Ebusitana además de un mecenas en la nueva disciplina.
Nació en Ibiza en 1849, pero pasó sus primeros años entre su isla natal, Valencia y Mallorca hasta iniciar en Madrid sus estudios universitarios. Barcelona se convertiría en su penúltimo destino, donde no sólo se licenció en Derecho en 1872 sino que comenzó a trabajar como pasante. En sólo unos años, la abogacía le llevó de regreso a Ibiza. Allí compatibilizó su profesión con la de profesor.
Poco después, la carrera política se convertiría en su principal ocupación hasta principios del nuevo siglo. Sería entonces cuando lo que había sido sólo una afición comenzó a perfilarse como un futuro profesional. La fama de su interés por la numismática y la arqueología hicieron que familiares y amigos le obsequiaran con todo tipo de antigüedades hasta reunir una de las colecciones arqueológicas más importantes de las Pitiusas.
Al mismo tiempo, en otro punto de la isla, un grupo de amigos encabezado por Arturo Pérez Cabrero (ver entrada), veía en esos hallazgos la oportunidad de comenzar un gran proyecto. Su objetivo era crear una sociedad que realizara excavaciones –principalmente en la necrópolis del Puig des Molins– y crear un museo. En 1903 aquellos propósitos se materializaron con la fundación de la Sociedad Arqueológica Ebusitana. Fue entonces cuando vieron en Roman Calbet un colaborador fundamental.