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sábado, 30 de marzo de 2013

Miriam Astruc, la reina de los púnicos


Miriam Astruc
1904-1963

Ni siquiera los trabajos de investigación de Miriam Astruc escaparon a su mala estrella. La mayoría se perdió durante la ocupación alemana de Francia en la Segunda Guerra Mundial. Y su muerte, ocurrida en mitad de una expedición en Petra, dejó inédito un estudio sobre los escarabeos egipcios de Ibiza. Sin embargo, sus campañas en las Pitiusas en los años 50 la confirmaron como una celebridad en arqueología experta en la cultura púnica.

Nació en 1904 en Burdeos, la misma ciudad en la que realizaría sus primeros estudios antes de dar el salto a la Escuela del Louvre. Allí, entre 1927 y 1931, se formó en arqueología y se diplomó como experta en la materia. Marcel Dussaud, un célebre orientalista, sería uno de los maestros que le descubriría la arqueología oriental y la epigrafía semítica. Pero Astruc pronto se interesó también en el hispanismo, y a finales de aquella misma década llegaría por primera vez a España de la mano de la École des Hautes Études Hispaniques.

La Casa de Velázquez en Madrid –una institución cultural dependiente del Ministerio de Educación francés– fue su primer destino. Había sido fundada en 1928, pero desde la muerte de su primer director, Pierre Paris, en 1931, había entrado en una suerte de eclipse. "Con Paris desaparecía la única persona capaz de suscitar vocaciones hispanistas entre los jóvenes arqueólogos franceses. Muy pocos investigadores franceses siguieron manteniendo actividades de campo en España durante los años 30 y 40, y los que lo hicieron, como el abate Breuil, no tenían relación con la Casa Velázquez. La única excepción fue Miriam Astruc", aseguran María Belén Deamos y José Beltrán Fortes en 'Las instituciones en el origen y desarrollo de la arqueología en España'. Ella llegaría a repetir estancia dos décadas después.

sábado, 19 de enero de 2013

Catalina Llabrés, la boticaria de la Casa Real


Catalina Llabrés Piris
1901-1983

Catalina Llabrés fue siempre menos conocida que su familia. Primero, eclipsada por su hermana María (ver entrada), la primera médico oficial de Baleares. Luego, muchos años después de su muerte, por un hijo que legó toda su herencia a los Príncipes de Asturias. Quizá su nombre quedó como un personaje secundario de la Historia, pero había sido pionera entre las mujeres farmacéuticas de Menorca.

Nació en marzo de 1901 en Ciutadella, la hija mayor del empresario zapatero Francisco Llabrés. Allí, en la ciudad menorquina, estudiaría la primera y la segunda enseñanza, para terminar en 1919. Su impulso fue, como recuerda su sobrina María del Carmen Arregui, dedicarse a la docencia. Para ello se trasladó a Mallorca hasta completar sus estudios en Magisterio.

La intención de Catalina era regresar a su isla para ejercer como profesora. Pero entonces, la fábrica de calzado familiar se había vendido con el objetivo de que los Llabrés se mudaran a Barcelona. Era el viaje que cumpliría el sueño universitario que su padre perseguía para su hermana: que estudiara Medicina. "Un traslado en el que no quiso que Catalina se quedara sola en Menorca, así que acabó con ellos en la Ciudad Condal", relata su sobrina.

sábado, 6 de octubre de 2012

Lucie Chodat, la dama de las garrigas

Lucie Chodat

Su condición de fémina le reservó un lugar en la Historia por ser una de las únicas mujeres botánicas que estudiaron el archipiélago. Pero la ciencia ha dibujado la tesis de Lucie Chodat como un trabajo superficial, lleno de errores y con una gran falta de perspectiva. Tuvo más de pionera que de rigurosa. En su polémica con Knoche (ver entrada), el tiempo sólo le dio la razón en algunos aspectos.

Pocos datos se conocen sobre la biografía de Lucie Chodat. Nació en 1896 en Suiza, hija del célebre botánico 
Robert H. Chodat. Rector y profesor de la misma Universidad de Ginebra en la que ella se licenciaría en Botánica. En las primeras décadas del nuevo siglo quedaría patente su interés por aquella rama científica mientras acompañaba a su padre en los viajes de expedición que realizaba con sus alumnos.

Visitó dos veces España y tres el archipiélago balear. Pero sería en 1920, tras las observaciones de su última estancia en las Islas, cuando comenzaría a fraguar su tesis doctoral. Para entonces, su padre ya había publicado Una excursión botánica a Mallorca (1905) y sus consejos se convertirían en un pilar fundamental para el trabajo de Lucie.

domingo, 26 de agosto de 2012

María Llabrés, la primera médico oficial

María Llabrés Piris
1904-1996

En 1991 María Llabrés Piris recibía la medalla de oro de sus compañeros de gremio. Detrás de la celebración de sus 50 años como colegiada se escondía, también, el honor de haber sido la primera mujer en ejercer la medicina en Baleares. Convertida en pionera también como maternóloga y tocóloga de la comunidad, vivió la gran transformación de la profesión durante sus casi seis décadas de carrera.

Nació en Ciutadella en agosto de 1904, hija del empresario del calzado Francisco Llabrés Moll. Estudió en el Instituto General y Técnico de Mahón donde ingresó en 1917, pero cuando llegó el momento de labrarse una profesión, su padre le planteó dos alternativas: "O se incorporaba a la fábrica familiar como empleada rasa o estudiaba una carrera", recuerda su hija, María del Carmen Arregui. Ella optó por la segunda opción.

La decisión llevó a la venta del establecimiento zapatero y al traslado de la familia a Barcelona. Tras finalizar allí el bachillerato, María Llabrés Piris entraría en la Universidad de Barcelona para estudiar Medicina. Su hermana Catalina haría lo propio en Farmacia. "En los archivos figura que María estudió de manera no oficial, es decir, no presencial. En aquella época era algo común porque las mujeres no iban solas a ningún sitio, y menos a una clase compartida con hombres", señala la profesora de Historia de la Enfermería de la UIB, Gloria Gallego.

lunes, 11 de junio de 2012

Maria Lluïsa Canut, feminismo desde la física

Maria Lluïsa Canut
1924-2005

Su tesis Dinámica de redes en cristales moleculares la convirtió, a mediados de los 50, en una investigadora puntera en la cristalografía española. Maria Lluïsa Canut sería, durante 40 estudios científicos y otros tantos años, la otra pieza de un tándem en el que, junto a José Luis Amorós, consiguió prestigio a nivel internacional. Su llegada a la Southern University de Illinois le permitió convertirse, además, en líder de un movimiento feminista por la igualdad de sueldos para las mujeres docentes.

Nació en Mahón en 1924, pero su carrera científica no comenzó hasta su traslado a la Ciudad Condal. En la Universidad de Barcelona se licenciaría en Ciencias Físicas para luego doctorarse, en 1955, con su primer trabajo de investigación. Una tesis titulada Dinámica de redes en cristales moleculares y cuyo proyecto había dirigido el experto cristalógrafo José Luis Amorós.

«Aquel trabajo supuso un plantemiento muy novedoso para la época ya que analizaba el movimiento de las moléculas dentro de los cristales a través de la observación por rayos X», afirma el catedrático de la Universidad de Barcelona, Salvador Galí. La tesis de Maria Lluïsa Canut resultaba casi un «atrevimiento» en un panorama universitario con escasos recursos para la experimentación y prácticamente estancado desde la Guerra Civil.

miércoles, 29 de junio de 2011

Maria Lluïsa Serra: la gran dama de la Historia

Maria Lluïsa Serra
1911-1967

Dos obras quedaron sin concluir en el cajón de Maria Lluïsa Serra tras su muerte. Por un lado, la tesis doctoral que estaba a punto de leer sobre las navetas de Menorca. Por otro, un ambicioso proyecto que recopilara la Historia de la isla. Dos vertientes más complementarias que paralelas para una mujer, una de las primeras que destacó en la cultura menorquina, que entendía que los documetnos históricos iban más allá de los escritos.

Su Mahón natal ha declarado 2011 como Año Serra Belabre. Maria Lluïsa nació allí hace justo cien años. Cursó el bachillerato en el Institut Nacional de Segona Ensenyança cuando la vocación investigadora empezaba a aparecer en ella. Sin embargo, sus primeros frutos no llegarían hasta licenciarse en Historia –con cuarenta años y después de haber estudiado por libre– en la Universidad de Barcelona.

«En la facultad, dos profesores se dieron cuenta de su capacidad y marcaron las dos facetas de su carrera investigadora: Vicenç Vives y Lluís Pericot», explica la catedrática de Historia de la Universidad de Granada y vicepresidenta del Ateneu de Maó, Margarita Orfila. El primero la guió en el estudio histórico; el segundo, en la investigación arqueológica.


sábado, 4 de junio de 2011

Pascuala Caro: la 'x' matemática


Pascuala Caro Sureda
1768-1827

El título hereditario de marqués de la Romana pesaba tanto en la familia Caro-Sureda como su origen de aristocracia ilustrada. Mientras el padre se aseguró de que sus hijos varones tuvieran una formación acorde con la época –mitad científica, mitad carrera militar–, la madre hizo lo propio con sus hijas. Un bagaje que permitió que María Pascuala Caro Sureda se convirtiera en una de las primeras matemáticas de la Isla además de doctora en Filosofía.

Nació en Palma en julio de 1768. Para entonces su familia ya tenía insertada en el ADN la importancia de la educación de sus hijos. Su madre, Margalida Sureda, era heredera del gran patrimonio de los Sureda-Valero, aristócratas ilustrados mallorquines. Su padre, Pere Caro, fue el segundo marqués de la Romana, un título que compaginó con tareas como el levantamiento de planos del puerto de Mahón de gran interés estratégico. Famosa fue también la biblioteca de los marqueses y sus más de 18.000 volúmenes.

Marcados por aquel origen ilustrado, Pere y Margalida se encargaron de que sus hijos recibieran la mejor formación acorde con la época. Una educación labrada entre la carrera militar y la ciencia: Pedro –futuro tercer marqués de la Romana– aprendió medicina, ciencias naturales e ingeniería antes de ingresar en la Armada; y José cursó estudios de matemáticas además de alistarse también como marino.


sábado, 19 de marzo de 2011

Margaret Murray y el jeroglífico de las taulas

Margaret Murray
1863-1963


Cuando Margaret Murray llegó a Trepucó el recinto se le antojó como una mina arqueológica a cielo abierto. Una enciclopedia histórica más famosa entre los cazadores de tesoros que entre los científicos. Su llegada, después de años de ardua lucha, rompió con ese currículum de saqueadores para dar paso a la arqueología y a descifrar el secreto de las taulas.


Todo parecía dispuesto en la vida de Margaret Murray para que su nombre nunca pasara a la posteridad de no ser por su tenacidad. Su madre, Margaret Carr, se había marchado a la India como misionera para luchar contra la miseria. Allí, en Calcuta, nació ella. Y era apenas una adolescente cuando entró como enfermero en el Hospital General de la ciudad.

El conservadurismo de aquella sociedad victoriana y el de su propio padre, un rico comerciante inglés, relegaban sus responsabilidades a las de madre y esposa como había ocurrido con su hermana. Fue en casa de ésta en la ciudad de Madrás cuando una noticia cambiaría su vida. Corría 1893 y The Times anunciaba que el prestigioso W.M. Flinders Petrie iba a impartir clases de escritura jeroglífica en Londres.

Su padre había fallecido hacía dos años y Margaret –pese a que ya rondaba los 30– decidió iniciar los estudios universitarios que siempre le habían sido negados. Viajó a Londres y se convirtió en la primera mujer egiptóloga especializada, además, en escritura jeroglífica. El propio Petrie la convirtió en profesora asistente del University College y en su ayudante, un puesto con el que participó en sus primeras campañas arqueológicas.

Dorothea Bate: la espeleóloga que cambió los tesoros por fósiles

Dorothea Bate
1878-1951

A mediados del siglo XIX el feminismo cobraba fuerza en Inglaterra. Las mujeres pedían controlar sus propios bienes, su admisión en las universidades y el sufragio femenino a lo que la Cámara de los Comunes contestaba incluyendo de forma explícita la palabra varón entre los requisitos para el derecho al voto. Una efervescencia social en medio de la que nacía Dorothea Bate, una aventurera que recorrió el mundo en busca de fósiles y que en Mallorca la llevó a bautizar una nueva especie: el Myotragus Balearicus.

Para Dorothea su forma de entender el feminismo era, en la medida de lo posible, hacer oídos sordos a todas las limitaciones que se le imponían a la mujer. A los 19 años consiguió un empleo en el Museo de Historia Natural de Londres donde clasificaba piezas. «Fue la primera mujer en entrar en el museo y en un mundo en el que no se las tenía en cuenta», afirma el investigador del CSIC y vicedirector del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA), Josep Antoni Alcover.

Bate no tuvo acceso a una educación formal pero su práctica y su curiosidad constante le llevaron a ser una de las espeleólogas más importantes de la época, una auténtica fossil-hunter (cazadora de fósiles). A los 22 años emprendió su primera expedición a Chipre en busca de fósiles. El hallazgo de 12 nuevos yacimientos le animó a seguir sus viajes por Creta, Córcega, Malta... En 1909 llegaba a Mallorca.


viernes, 11 de febrero de 2011

Margarita Comas: La ciencia, ese juego de niños

Margarita Comas
1892-1973

Cuando Margarita Comas llegó a la pedagogía encontró un sistema arcaico y machista en el que la enseñanza de la ciencia estaba restringida a los varones mientras que las niñas eran educadas en sus 'labores propias'. Su obra fue una de las renovadoras del magisterio español.

Su vocación pedagógica era innegable, pero había algo más: «La inmensa mayoría de mujeres que en esta época se dedicaron a la ciencia lo hicieron desde la didáctica porque era algo más aceptado socialmente», afirma la Doctora en Pedagogía y profesora de Historia de la Educación de la UIB, Francesca Comas. Durante su etapa en Madrid la menorquina realizó prácticas de química, zoología y mineralogía. 

Pero su doctorado en la Sorbona de París - que la convirtió en una de las primeras mujeres españolas Doctora en Ciencias - fue uno de los pocos estudios científicos que le permitieron desarrollar. Su investigación trataba una de las cuestiones más debatidas en el momento: la determinación biológica del sexo en las especies según las condiciones ambientales. Por ejemplo, la incidencia de la temperatura en la proporción de machos y hembras en la población de la Rana temporaria.


jueves, 10 de febrero de 2011

Maria Àngels Cardona i Florit: la botánica del ecologismo

M.Àngels Cardona i Florit
1940-1991

Licenciada en Ciencias Biológicas por la Universidad de Barcelona, Maria Àngels Cardona decidió no regresar a Menorca. Tuvo, sin embargo, a su isla como el eje central de sus investigaciones. Discípula de Ramon Margalef (ver entrada), fue pionera en el estudio de la flora a través de sus cromosomas y elaboró estudios de protección paisajística que desembocarían en la declaración de la Reserva de la Biosfera.

Maria Àngels Cardona era deudora de sus predecesores. Recopiló El coneixement florístic de l’illa de Menorca y rindió homenaje bibliográfico a Rodríguez Femenías (ver entrada). Pero ella era, en realidad, hija de otro tiempo. Nacida en Ferreries en 1940 se había trasladado hasta la Ciudad Condal para estudiar Ciencias Biológicas, licenciatura que obtendría en 1963.

Acabada la carrera, la menorquina decidió quedarse en Barcelona para continuar con su faceta de investigadora e iniciarse en la docencia. Formaba parte de una generación de biólogos discípula de Ramon Margalef, uno de los máximos representantes de la ecología como disciplina académica.


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