Miriam Astruc
1904-1963
Ni siquiera los trabajos de investigación de Miriam Astruc
escaparon a su mala estrella. La mayoría se perdió durante la ocupación alemana
de Francia en la Segunda Guerra Mundial. Y su muerte, ocurrida en mitad de una
expedición en Petra, dejó inédito un estudio sobre los escarabeos egipcios de
Ibiza. Sin embargo, sus campañas en las Pitiusas en los años 50 la confirmaron
como una celebridad en arqueología experta en la cultura púnica.
Nació en 1904 en Burdeos, la misma ciudad en la que realizaría sus primeros estudios antes de dar el salto a la Escuela del Louvre. Allí, entre 1927 y 1931, se formó en arqueología y se diplomó como experta en la materia. Marcel Dussaud, un célebre orientalista, sería uno de los maestros que le descubriría la arqueología oriental y la epigrafía semítica. Pero Astruc pronto se interesó también en el hispanismo, y a finales de aquella misma década llegaría por primera vez a España de la mano de la École des Hautes Études Hispaniques.
Nació en 1904 en Burdeos, la misma ciudad en la que realizaría sus primeros estudios antes de dar el salto a la Escuela del Louvre. Allí, entre 1927 y 1931, se formó en arqueología y se diplomó como experta en la materia. Marcel Dussaud, un célebre orientalista, sería uno de los maestros que le descubriría la arqueología oriental y la epigrafía semítica. Pero Astruc pronto se interesó también en el hispanismo, y a finales de aquella misma década llegaría por primera vez a España de la mano de la École des Hautes Études Hispaniques.
La Casa de Velázquez en Madrid –una institución cultural
dependiente del Ministerio de Educación francés– fue su primer destino. Había
sido fundada en 1928, pero desde la muerte de su primer director, Pierre Paris,
en 1931, había entrado en una suerte de eclipse. "Con Paris desaparecía la
única persona capaz de suscitar vocaciones hispanistas entre los jóvenes
arqueólogos franceses. Muy pocos investigadores franceses siguieron manteniendo
actividades de campo en España durante los años 30 y 40, y los que lo hicieron,
como el abate Breuil, no tenían relación con la Casa Velázquez. La única
excepción fue Miriam Astruc", aseguran María Belén Deamos y José Beltrán
Fortes en 'Las instituciones en el origen y desarrollo de la arqueología en
España'. Ella llegaría a repetir estancia dos décadas después.
La francesa llegó a la institución entre 1931 y 1932. Y la
necrópolis de Villaricos (Almería) se convirtió en su primer objetivo como
investigadora. Trabajó mano a mano con Luis Siret –que puso a su disposición
los restos encontrados en más de dos mil tumbas–, e incluso continuó los
estudios más allá de la muerte de éste, ocurrida en 1934. En aquella campaña
estaban los precedentes de la amplia labor que Miriam Astruc realizaría en
Ibiza. Pero no sería hasta la década de los 50 cuando, de regreso a España y de
nuevo con la Casa Velázquez, publicó sus conclusiones sobre Villaricos y se
trasladó a la isla.
Su formación en la Escuela del Louvre ya había orientado sus
investigaciones hacia la cultura púnica. Especialidad que la llevaría a
recorrer todo el Mediterráneo: Marruecos, Malta, Italia (incluyendo Sicilia y
Cerdeña) y Algeria, donde participó en las excavaciones de Dijdjelli por
encargo de la Direction des Antiquités. En torno a 1953 recalaría en las
Pitiusas. Había terminado la Segunda Guerra Mundial y con la contienda, Astruc
había perdido no sólo la mayor parte de sus trabajos teóricos, sino también, de
su familia durante la ocupación nazi de Francia.
Ya en la isla, la francesa encontró un gran aliado en José
María Mañá de Angulo, por entonces director del Museo Arqueológico. Hacía poco
más de una década que éste había recuperado el programa de excavaciones en la
isla. Y juntos, protagonizaron algunas campañas en Can Callarga, Sant Mateu de
Albarca, e Illa Plana. «Allí confirmaron que la estructura que Pérez Cabrero
había considerado un templo al aire libre era, en realidad, una cisterna»,
relata el director del Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera, Jordi H.
Fernández.
·· LOS HUEVOS DE AVESTRUZ
Huevo de avestruc conservado en el MAEF |
La religión rodeó siempre los trabajos de la arqueóloga en
Baleares. Lo mismo ocurriría con los vasos de cáscara de huevo de avestruz que
documentó en los yacimientos púnicos como parte del ajuar funerario. Faceta que
centró sus investigaciones en Ibiza. «Los primeros restos habían sido hallados
a principios del siglo XX y, a la llegada de Astruc, ya se conservaban en el
primitivo museo», asegura Fernández. También ella había encontrado aquellos
mismos elementos en Villaricos, donde conservaban una de las mejores
colecciones de España. «Una experiencia que, seguramente, impulsó su viaje a la
isla», apunta el director. A ellos les había dedicado el estudio 'Sobre un
elemento poco conocido de los ajuares funerarios púnicos'.
La pintura roja encontrada en estos recipientes se
relacionaba con el ocre que habían contenido. Aunque en otras ocasiones, Astruc
llegó a hallar semillas en el interior en algunos encontrados en Cartago y
Villaricos. Una suerte de vasijas con carácter sagrado ya que representaban el
símbolo que encerraba el hálito de vida, y que podían devolver los muertos a la
vida. De ahí que su presencia en tumbas fuera frecuente.
La arqueóloga francesa analizó las piezas, documentó sus
patrones decorativos y les dedicó el artículo Exotismo y localismo. Estudio
sobre cáscaras de huevo de avestruz decoradas de Ibiza en 1957. Llegó a
determinar siete tipos diferentes de decoración.
·· LOS ESCARABEOS
Escarabeo del MAEF |
Durante varios años, sus estancias en la isla se alternaron
con horas de análisis en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Allí
descubrió, de nuevo, un hilo que conectaría directamente con la necrópolis del
Puig des Molins. Esta vez, para dedicarse a unos restos olvidados en la
arqueología ibicenca: los escarabeos de época egipcia. Un amuleto que
representaba el Sol naciente y que era símbolo de la resurrección.
«No sabemos de dónde vienen. Se dice que de tumbas antiguas
en la zona plana de la necrópolis. Otros apuntan al comercio de antigüedades»,
señala Fernández. En 1954, Miriam Astruc publicaba un primer apunte: Catálogo
de los entalles procedentes de distintos sitios de la colonización oriental de
la Península (Ibiza y Formentera). En el museo de las Pitiusas había pocos
ejemplares, ya que la mayoría se habían trasladado a Barcelona. Muchos, durante
las excavaciones de Josep Costa 'Picarol' e incluso de Santiago Rusiñol, que
atesoró una interesante colección en su museo de Cau Ferrat de Sitges.
"Las leyes entonces eran muy laxas y la arqueología se pensaba más desde
el coleccionismo que desde la ciencia", reconoce el director.
El objetivo de Miriam Astruc era construir un minucioso
fichero que recopilara todos los escarabeos del Museo que procedían de Ibiza.
La francesa continuaba los estudios realizados por Martín Almagro o Jorge
Quintana. Sin embargo, la investigadora abandonaba España para incorporarse, ya
en los 60, al Instituto Francés de Arqueología de Beirut como enviada del
Centre Nationale de la Recherche Scientifique. El mismo que salió para realizar
una expedición por la ciudad de Petra, murió atrapada por una repentina riada.
Las anotaciones, las fotografías y las impresiones en yeso
se conservaron inicialmlente en el Museo de Beirut. Años más tarde el director
del centro, Henry Seyring, entregó los apuntes al profesor John Boardman de
Oxford para ser recuperadas en investigaciones posteriores. Datos que Lorenzo Baqués Estapé recuperó en
1974 para un trabajo que servía de anticipo a la publicación del trabajo
completo de la francesa, que aún no se ha producido. «Astruc innovó en las
interpretaciones de todo el material arqueológico. Sobre todo en las de carácter
religioso. Ésa fue la gran aportación que la hizo pionera», sostiene Fernández.
Baleópolis
26-03-2013
Fuentes
FERNÁNDEZ, Jordi H. Centenari del naixement de l'arqueòloga Miriam Astruc (1904) Revista Fites nº4
SAN NICOLÁS PEDRAZ, María del Pilar. 'Las cáscaras de huevo de avestruz fenicio-púnico en la Península Ibérica y Baleares'
BAQUÉS ESTAPÉ, Lorenzo. Escarabeos egipcios de Ibiza.
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