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sábado, 19 de enero de 2013

Eduard Fontseré y el sismógrafo balear


Eduard Fontseré
1870-1970


La Granja Experimental de Barcelona supuso el inicio de los estudios meteorológicos de Eduard Fontseré. Una faceta que le llevaría a ser subdirector de la red de mediciones de Cataluña y Baleares. Dos regiones a las que luego extendería también sus trabajos sobre sismología. En 1918 la recopilación de datos históricos motivó la elaboración del primer catálogo de terremotos y olas sísmicas del archipiélago.

El boletín de la Sociedad Astronómica de Francia publicó su primer estudio aún antes de que Fontseré obtuviera la licenciatura en Ciencias Físicas y Matemáticas en 1891. Un hecho que avanzaba ya su prometedora carrera. Tras doctorarse en la Universidad de Madrid, regresó a Cataluña dispuesto a renovar los métodos de investigación científica.

Autor del proyecto para la creación de un observatorio astronómico, meteorológico y sísmico en el Tibidabo, sería hacia final de siglo cuando se incorporara a la Granja Experimental de Barcelona como responsable de la estación de meteorología. Creada en 1863, estudiaba la influencia del clima sobre los cultivos.

Aquella organización llevó al catalán a iniciarse en la investigación climatológica para incorporarse, tiempo después, a la Red Meteorológica de Cataluña y Baleares como subdirector. Su colaboración en la fundación de la Sociedad Geográfica de Barcelona terminaría por perfilar luego su interés por la sismología.


Una de sus primeras labores fue la recopilación de datos históricos sobre fenómenos sísmicos en Cataluña. Búsqueda en la que se toparía con informaciones dispersas sobre las Islas. En 1918 compiló todo ese material para redactar Notas sueltas de sismología balear. "Fue el primero en hacer un catálogo de terremotos desde un punto de vista científico. El Archiduque se había limitado antes a hacer una recopilación histórica", señala el geólogo y experto en movimientos sísmicos y técnico de la Dirección General de Recursos Hídricos, Jordi Giménez.

El artículo recoge un total de 21 fenómenos datados entre el siglo XVII y el XX, incluyendo varias olas sísmicas. El primero, ocurrido en 1654 en Menorca y que, según las fuentes históricas, se había levantado en el mar antes de tocar tierra. Una vez allí los destrozos en los tejados habían hecho que las autoridades obligaran a los alfareros a fabricar sólo tejas hasta repararlos. "No bajó del grado IX de Mercalli", apuntaba Fontseré.

"Se trata de una escala que mide sólo la intensidad, las consecuencias. Cuando el seísmo es percibido por toda la gente sería un nivel 3 o 4, 5 si ya aparecen grietas", detalla Giménez. La escala Richter aún no se conocía. Sería en 1935 cuando el sismólogo estadounidense popularizara este sistema para medir la magnitud.

Tras constatar el alcance del terremoto de 1755 de Lisboa en el archipiélago, el catálogo recoge una ola sísmica en Santanyí justo un año después. Las crónicas de Nicolás Ferrer aseguraban que el mar entró más de media legua en la tierra y que dejó las garrigas llenas de peces.

"Estas olas o tsunamis se producen como consecuencia de un terremoto en un lugar relativamente cercano. La tierra se mueve y, con una magnitud 7, es capaz de crear una ola de un metro de altura", explica e experto. Pero por más que el sismólogo catalán investigó, no dio con un terremoto al que asociarlo. Su hipótesis era la de un epicentro submarino. En 1856 un nuevo temblor en Mahón sí encontró su relación con otro simultáneo en la costa argelina.

Para Fontseré, Baleares tenía una "sismicidad moderada [...] a pesar de que geográficamente parecen enlazar dos regiones tan movedizas como la provincia de Alicante y los Alpes marítimos". Acertaba en la existencia de una relación sísmica entre el archipiélago y la región alicantina, como continuación de la sierra bética. Pero no, según Giménez, en la distribución de los fenómenos en la comunidad.

"Los temblores de tierra más importantes corresponden a una línea que pasa al sureste de la cordillera septentrional mallorquina", aseguraba el catalán en sus conclusiones. Una franja que se prolongaba a Menorca por Alaior. «En su opinión se concentraban en la zona de Es Raiguer, pero también se dan en el Pla, y en Menorca en toda la isla», responde Giménez.

Menos fiabilidad otorgaba Fontseré a las estadísticas que apuntaban un mayor número de seísmos en la capital. Era una pauta que se repetía en todas partes, "donde son más numerosos los observadores y los cronistas".


Baleópolis nº 183


Fuentes

FONTSERÉ, Eduard. Notas sueltas de sismología balear
http://www.ign.es/ign/resources/sismologia/publicaciones/SismologiaBalearFontsere.pdf

RASO NADAL, Josep Miquel. Eduard Fontserè, iniciador de la meterologia i sismologia de Catalunya
http://publicacions.iec.cat/repository/pdf/00000073/00000022.pdf

WAGENSBERG, J. Eduard Fontserè i Riba, o lo que se puede llegar a hacer viviendo un siglo
http://publicacions.iec.cat/repository/pdf/00000120%5C00000037.pdf

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