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jueves, 5 de abril de 2012

Joan Alzina y la educación especial

Joan Alzina
1879-1979

En diciembre de 1920 el Ayuntamiento de Barcelona inauguraba Vila Joana. Una institución, mitad internado mitad escuela, destinada a niños con discapacidad. Al frente, el mallorquín Joan Alzina. Un médico que aunó los conocimientos de la psiquiatría con las herramientas de la pedagogía para sentar las bases de la educación especial pública. Su objetivo fue siempre el de proporcionar un futuro a quienes se consideraba sólo una carga.

Nació en Capdepera, aunque su fecha de nacimiento varía, según la fuente, entre 1879 y 1883. Con la llegada del nuevo siglo se trasladaría a Barcelona para estudiar Medicina, pero su formación se desarrollaría después fuera de nuestro país. Se especializó en psiquiatría en Italia, primero en Reggio Emilia de la mano de Giuseppe Giuccardi y después en Roma con Gionni Mingazzini.

Tras un breve regreso a Madrid, donde en 1911 colaboró en el laboratorio de investigaciones biológicas de Ramón y Cajal, la Junta para la Ampliación de Estudios le permitió salir de nuevo de España. La clínica psiquiátrica de la Universidad de Munich se convirtió entonces en su destino para formarse, entre otros, con Alois Alzheimer.

Para entonces Alzina ya había iniciado su carrera profesional en Cataluña. Un comienzo ligado plenamente a la psiquiatría como director de los psiquiátricos de Salt (Girona) y Sant Andreu del Palomar (Barcelona) entre 1910 y 1915. Pero las precarias condiciones de ambos centros le llevarían a publicar la Memòria sobre l’organització del servei dels boigs [sic] a Catalunya, en la que presentaba las clínicas alemanas de Munich o Haar como ejemplos a seguir.

Pero sería en 1916 cuando el mallorquín tendría su gran oportunidad. El Ayuntamiento de Barcelona encargaba a un grupo de expertos la elaboración de un informe para reorganizar la Escuela Municipal de Sordomudos y Ciegos. Con seis años de existencia, se trataba de la primera institución pública para la asistencia de niños con discapacidad.

Como recoge la profesora de la Universidad de Castilla La Mancha, Mercedes del Cura en el artículo El comienzo de la asistencia ‘oficial’ a los niños ‘anormales’ en España, la preocupación por estos menores en nuestro país comenzó en el tránsito entre el siglo XIX y el XX. Pero durante muchos años, los sanatorios e institutos privados fueron la única respuesta a esta necesidad.

Aquel comité de sabios, del que Joan Alzina formaba parte, concluyó que la escuela partía de tres principios erróneos. El primero, entenderla como un asilo benéfico cuando debía ser una clínica y un centro de investigación. El segundo, la necesidad de una estructura que tuviera en cuenta las necesidades individuales de los alumnos. Y el tercero, la necesaria incorporación de una formación profesional.

Inauguración de Villajoana
Aquellos cambios obligaron a la ampliación de la escuela, que se trasladó a una finca en las afueras de la Ciudad Condal, conocida como Vila Joana. El mallorquín se convirtió en el director de aquel renovado centro que abrió sus puertas en diciembre de 1920. Sus conocimientos psiquiátricos permitieron perfeccionar los métodos clínicos para el diagnóstico; además de convertirse en impulsor de las investigaciones sobre antropología, psicología y pedagogía especial.

Para Alzina, Vila Joana fue el lugar en el que poner en práctica las teorías incluidas en trabajos como Sobre l’educació dels frenastènics o anormals. En su opinión, sólo «los ignorantes» podían pensar que en la asistencia a niños con deficiencias «la competencia médica se limitaba a los recursos curativos farmacológicos y no a otros como los pedagógicos».

Según Alzina, todos estos menores con necesidades especiales no debían asistir a escuelas «normales» porque las experiencias de clases auxiliares en diferentes centros de Europa habían demostrado ser insuficientes.

El semi-internado –o internado completo en los casos más graves– era la solución necesaria. Por ello no sólo había que incluir la pedagogía en la asistencia, subordinada a la psiquiatría, sino determinar el grado de insuficiencia y las condiciones intelectuales de cada niño.

Frente a la consideración de «peso muerto» o «carga social», el objetivo de Alzina fue conseguir que los niños aprendieran un oficio para, en la medida de lo posible, bastarse a sí mismos en un futuro. Algo que consiguió a través de diferentes talleres y de labores agrícolas. Hoy, casi un siglo después de su fundación, Vila Joana sigue siendo el centro pionero de la educación especial.


Baleópolis nº151  03-04-2012

Fuentes

Biografia Joan Alzina i Melis

CAMPOS MARÍN, Ricardo. Higiene mental y peligrosidad social en España (1920-1936)

GIL TORT, Rosa Maria. Girona i l'arquitectura psiquiàtrica catalana

MOREU CALVO, Ángel C. Psicopedagogia i medicina: el paper dels metges catalans en la primera fonamentació de l'entorn psicopedagògic
http://revistes.iec.cat/index.php/RCP/article/view/3831/3830

DEL CURA, Mercedes. El comienzo de la asistencia “oficial” a los niños anormales en España: la Escuela Municipal de Deficientes de Barcelona (1910- 1936)

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