Joan Comas Camps
1900-1979
La misma Guerra Civil que le reclamó para trabajar en la Dirección General de Enseñanza Primaria acabó después, tras su desenlace, por obligarle a exiliarse de España. Pero Juan Comas Camps tenía claro su futuro. Viajó a Ginebra para terminar el doctorado en ciencias antropológicas antes de dar el salto a México. Allí desarrollaría una brillante carrera científica como indigenista y defensor de la corriente antirracista.
Nació en Alaior en 1900 pero su padre, maestro de escuela, decidió pronto trasladar a la famlia a Mallorca con el sueño de que sus hijos pudieran seguir su carrera. Juan Comas tenía sólo 6 años cuando dejó Menorca. Tendría 17 cuando se convirtió en profesor, una meta que se le antojó demasiado fácil y que le llevó a ingresar luego en la Escuela de Estudios Superiores de Magisterio recién fundada en Madrid.
El objetivo de aquel nuevo centro no era sólo formar profesores, sino también inspectores de Enseñanza Primaria. Un cargo que el menorquín ejercería desde 1921 hasta 1940 en Girona, Tenerife, Lugo y Segovia. La facilidad con la que había logrado aquel propósito le dejó, de nuevo, insatisfecho y le hizo ampliar aún más su formación.
Hacia 1930 Comas ya soñaba con convertirse en antropólogo profesional. Todo había comenzado en la capital donde uno de sus maestros, Luis de Hoyos Sainz, le puso en contacto con aquella rama científica. Ese nuevo giro en su carrera le llevaría a estudiar ciencias naturales, para terminar en Ginebra con la licenciatura de ciencias biológicas.
Suiza le descubrió a su segundo maestro: Eugene Pittard, que había alcanzado renombre internacional en la antropología. Sería, además, quien encaminara al menorquín de manera definitiva a aquella disciplina. Sin embargo, el estallido de la Guerra Civil supuso un retraso en el desarrollo de la nueva faceta.
El gobierno reclamó la colaboración de Juan Comas para misiones especiales. Primero en la Dirección General de Enseñanza Primaria y luego en el Ministerio de Estado, hoy de Asuntos Exteriores. Pero el fin de la guerra sudetalle. Su primer paso fue regresar a Ginebra para terminar el doctorado en antropología.
pondría su exilio. Una marcha que planeó con todo
Para cuando recibió el título –después de presentar la tesis Contribution à l’etude du métopisme–, se encontraba en México. Ya en América su carrera científica ascendió de forma imparable. Llevaba apenas un par de años en el país cuando se incorporó como antropólogo físico al Instituto Nacional de Antropología e Historia Natural de México. Después llegaría la cátedra en la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
Sus contactos con Manuel Gamio, principal abanderado de la corriente indigenista, le llevarían una vez más a la especialización. Desde la antropología física abordó el estudio de los grupos indígenas de México, los actuales y los del pasado prehispánico. Además de sus aspectos biológicos, Comas subrayó la importancia de los factores sociales por su influencia en las
condiciones físicas de la población.
A aquella visión de la antropología integral se sumaba una vocación antirracista. Como apunta Carlos Serrano Sánchez en su semblanza sobre el menorquín, reconoce en las variaciones culturales de la humanidad una casualidad histórica y no un determinismo biológico». Los pueblos indígenas podían producir estructuras sociales tan complejas como las de Europa, y los indios no eran sólo objeto de estudio sino también «una realidad social con características dramáticas de discriminación y explotación».
Juan Comas se convirtió en uno de los principales representantes científicos de la antropología física. Realizó estudios sobre restos óseos humanos de origen arqueológico para desvelar las incógnitas del poblamiento antiguo de Mesoamérica. Su Manual de antropología física, publicado en 1957, se convirtió en una obra clásica.
A su colaboración en el Instituto Indigenista Interamericano y en la sección antropológica del Instituto de Investigaciones Históricas le siguió la fundación de la revista Anales de antropología, que dirigió él mismo durante mucho tiempo. El menorquín se convirtió en un investigador de renombre.
La Asociación Norteamericana de Antropológos Físicos, de la que era presidente honorario, creó un premio anual con su nombre para reconocer los mejores trabajos en la materia. Y las universidades de Cuzco y San Marcos de Lima le nombraron Doctor Honoris Causa. Cuando murió en 1979, desplomado
sobre su mesa de trabajo en plena investigación, esperaba viajar a España para recibir, también, lamayor distinción de la Universidad Complutense de Madrid.
Baleópolis nº132 23-11-2011
Fuentes
HERNÁNDEZ MORA, Juan. Juan Comas Camps. Esquema de una vida
FERRAZ LORENZO, MANUEL. Juan Comas Camps y su intensa labor de renovación pedagógica en las Canarias occidentales (1924-1927)
http://dialnet.unirioja.es/servlet/fichero_articulo?codigo=2691820&orden=0
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GÓMEZ IZQUIERDO, JORGE. El discurso antirracista de un antropólogo indigenista: Juan Comas Camps.
PORTELLA COLL, JOSEP. Joan Comas Camps: l'antropòleg comunista
SERRANO SÁNCHEZ, Carlos. Juan Comas Camps. Semblanza
http://amab.mx.tripod.com/miembros/juancomas.html
ALZINA SEGUÍ, Pere. Joan Comas Camps, de pedagog a antropòleg: la lluita per la tolerància i la solidaritat
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