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jueves, 20 de septiembre de 2012

Ángel Palerm, el antrópologo del esclavismo

Ángel Palerm
1917-1980

Su llegada a México tenía detrás el drama de un exilio político y por delante, una brillante carrera como antropólogo. El nombre de Ángel Palerm es hoy prácticamente desconocido en su Ibiza natal, pero la Historia le dibuja como un maestro en el conocimiento de Mesoamérica y un académico –con una cátedra con su nombre en España– que llevó sus teorías a algunas de las principales universidades de Estados Unidos.



Nació en Ibiza en 1917 y allí viviría hasta que en 1936 dio el salto a Barcelona. Pese a ser un gran activista político, poco o nada intuía Ángel Palerm del estallido de la guerra que le pilló ya matriculado de Historia en la Universidad de la Ciudad Condal. Pronto se unió al ejército republicano para combatir en el frente. Tres años después, con la derrota, fue uno de los últimos en cruzar la frontera hacia Francia.



Su exilio comenzó con su confinamiento en un campo de concentración hasta que en agosto de aquel mismo año llegó a México. Allí pasó algún tiempo hasta que en 1945 decidió retomar su formación. Primero en la Universidad Nacional Autónoma y después en la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Su tesis Las bases agrícolas de la civilización urbana en Mesoamérica le permitió obtener el doctorado en Ciencias antropológicas.



Autores como Foster, Carrasco o Armillas influirían en los inicios de su carrera. Pero sería de Isabel Kelly de quien aprendería, según él mismo, «el rigor de la metodología y la reflexión analítica». Desde finales de los años 40, Palerm se centró en la antropología y orientó sus estudios a su propio entorno para dedicarse a los orígenes prehispánicos de Mesoamérica. Un interés que ya había avanzado con su tesina y que se mantendría durante toda su trayectoria.

Pero la nueva década resucitó en el ibicenco el fantasma de la marginación y el exilio. La corriente xenófoba que se gestaba en el país dificultó su acceso a un puesto de trabajo hasta verse obligado a emigrar a Estados Unidos. Allí se incorporó a la vida académica impartiendo seminarios en la American University y en la Universidad Católica de Washington.



El boletín de Ciencias Sociales de la Unión Panamericana de la Organización de Estados Americanos –del que sería editor– recogió algunos de sus principales artículos sobre el regadío en el área central de Mesoamérica, construcciones militares, métodos arqueológicos y cuestiones de planificación.



La invasión estadounidense de Santo Domingo motivó su regreso a México en 1956. Según recoge Virginia García Acosta en Presentación y semblanza de Ángel Palerm, el ibicenco volvió entonces «como uno de los antropólogos más destacados de la escuela evolucionista, líder académico y maestro en el conocimiento de Mesoamérica».



Se incorporó como profesor de la Escuela Nacional de Antropología e Historia desde donde dedicaría los siguientes 15 años a la consolidación de la investigación antropológica mexicana, a la que se encargaría de dar también un nuevo impulso. Reorganizó el departamento de Antropología de la Universidad Iberoamericana y en 1973 creó el Centro de Investigaciones Superiores del Instituto Nacional de Antropología e Historia, del que sería su primer director.

La fundación de instituciones fue, sin duda, uno de los ejes de la revolución científica de Palerm. Un objetivo al que sumó en 1975 la constitución de un área de antropología también en la Universidad Autónoma Metropolitana de Itzapalapa o la creación del Colegio de Etnólogos y Antropólogos.



Su programa de enseñanza –que completaría con el trabajo de campo– recuperó la tradición europea y la teoría evolucionista y abrió nuevas facetas de investigación. Sin dejar de lado el estudio etnográfico de las poblaciones indígenas, pasó también al del campesinado, los grupos étnicos no indígenas, las formas urbanas o la burguesía.



Una de sus contribuciones más destacadas fue la de situar la formación colonial mexicana en el contexto del sistema mundial y del desarrollo del capitalismo. Subrayó las virtudes de la organización indígena comunitaria, así como su tecnología y su adecuación al medio ambiente. Además mostró que hasta entonces la integración había conllevado la salida del indio de su comunidad para convertirlo en peón o criado.

Un centenar de obras –entre ellas el primer texto al que se tuvo acceso en México sobre la historia de la etnología– completan el currículum de este balear ilustre. En junio de 1980, Ángel Palerm moría en el país americano. Hoy una cátedra bautizada con su nombre en la Universidad Autónoma de Madrid es uno de los escasos reconocimientos públicos y oficiales a su trayectoria.


Baleópolis     11-09-2012


Fuentes

FÁBREGAS PUIG, Andrés. Ángel Palerm Vich
http://es.scribd.com/doc/106466803/Semblanza-sobre-Angel-Palerm

ALONSO, Jorge. Ángel Palerm Vich. Innovador de la antropología mexicana
http://www.ciesas.edu.mx/Catedra/archivos/biografia_Palerm.pdf
GARCÍA ACOSTA, Virginia. La diversidad intelectual. Ángel Palerm in memoriam
http://es.scribd.com/doc/106467103/La-diversidad-intelectual-Angel-Palerm-in-memoriam

 
** Artículo en el blog Negro sobre blanco sobre la cátedra de Palerm

** Artículo en el blog La gata y el búho sobre Ángel Palerm

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