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sábado, 19 de marzo de 2011

Francis C.R. Jourdain: el coleccionista de huevos

Francis C.R. Jourdain
1865-1946

Si Francis C.R. Jourdain viviera hoy en día sería poco más que un delincuente y un científico clandestino. Barceló i Combis (ver entrada), Von Jordans (ver entrada), Philip W. Munn... (ver entrada) Todos ellos habían inventariado y catalogado la avifauna balear. Él quiso ir un paso más allá. Exploró en los nidos, midió y recolectó los huevos y se convirtió en un precursor de la oología en las Islas.

Su carrera religiosa le vino dada casi por herencia. Francis C.R. Jourdain nació en marzo de 1865 en Ahsbourne (Inglaterra), primogénito del reverendo F. Jourdain. Tenía poco más de veinte años cuando, tras graduarse en el Magdalen College de Oxford, fue ordenado sacerdote en 1890. Cuatro días después, se le designó como vicario de Clifton donde permaneció veinte años hasta convertirse en rector de Appleton (Berkshire) en 1914.

Jourdain se retiró en 1925, y nada se sabe de dónde continuó su vida. Hacía ya años que recorría el mundo en pos de aquella ornitología en la que se inició como investigador amateur y llegó a convertirse en una autoridad en toda Europa. Viajó a Chipre, Holanda y Córcega, pero también a África del Norte y a Asia. En 1921 lideró las primeras expediciones al Ártico, llegando a las islas de Spitsbergen y Bear Island. El fruto de aquellos trabajos se publicó en la revista Ibis. Entre 1938 y 1941 elaboraría su gran trabajo editorial: los cinco volúmenes de The Handbook of British Birds.

A España había llegado, en realidad, mucho antes. En 1907 viajó por la Península Ibérica, haciendo observaciones a lo largo de Andalucía que plasmó en The Birds of Southern Spain (1936). Doñana y sus marismas centraron gran parte de su trabajo con visitas durante cinco años.

Ya entonces Jourdain destacó como un ornitólogo muy particular. Los nidos y las pusetas de las aves se convirtieron en ejes de sus estudios. Eran los albores científicos de la oología. En Sierra Nevada localizó a más de 3.000 metros un nido y cinco huevos de Roquero rojo (Monticola saxatilis), midió los huevos del Picogordo (Coccothraustes coccothraustes) –con una media de 24,2 por 17,4 milímetros– y pesó los del Ruiseñor bastardo (Cettia cetti) con un promedio de 1,8 gramos.

Según el artículo de Jesús R. Jurado publicado en el número 18 de Es Busqueret, la relación de Jourdain con Baleares comenzó en 1922. Little Ringed Plover in the Balearic Islands fue su primera publicación balear en la que analizaba la presencia del Chorlitejo chico. Más tarde, estudió los huevos de las aves a través de las colecciones de grandes ornitólogos europeos como Ratcliff, Polatzeck, Von Jordans o Munn. El resultado fue publicado en 1927 como Los huevos de las aves de Mallorca en una revista sobre oología.

Entre abril y mayo de 1930 el inglés volvió a visitar Mallorca, Ibiza y Formentera. Una expedición que recopiló en Más noticias sobre las aves de Baleares y una nota en el boletín del Club Ornitológico Británico en 1932 sobre la nidificación del Águila marina (Haliaëtus albicilla) en las Islas.

Sin embargo aquellos trabajos –cuyos resultados siguen siendo referencia obligada para muchos ornitólogos– comenzaron a poner en duda su método. Además de un autor prolífico y un notable experto, Jourdain comenzaba a ser conocido como un afamado recolector y coleccionista de huevos de aves salvajes. A veces, incluso, con perjuicio para los animales.

El también ornitólogo inglés David Bannerman, reseñó una anécdota referida a la faceta oológica de su paisano. Al parecer, en una ocasión Jourdain se encontró con un caso tan sorprendente como atípico: un viejo nido de urraca en el que halló un huevo de críalo y una puesta reciente de Cernícalo vulgar. Hallazgo que, además de ser analizado, fue sustraido y exhibido en una reunión del Club de Ornitólogos Británicos en 1920.

Faltaba poco para el cambio. Mientras que durante el siglo XIX y principios del XX la recolección de huevos se había considerado una parte respetable del trabajo ornitológico, en la segunda mitad del siglo pasó a ser tenida más como una afición que como una disciplina científica.

La ley comenzó a actuar. Inglaterra, país de origen de Jourdain, fue uno de los primeros en establecer medidas. Normas como la Wild Birds Protection Act de 1954 convirtieron la práctica en ilegal. Sin embargo continuó entre la ilegalidad y la clandestinidad tanto dentro como fuera del Reino Unido. Por fortuna o por desgracia, el inglés no conoció aquella legislación que habría puesto trabas a una parte fundamental de su trabajo. De hecho la Asociación Británica de Oología –de la que fue su fundador en 1909– se rebautizó como la Jourdain Society tras su muerte, en 1946. La entidad posee aún hoy sus colecciones de huevos.

Fuente

JURADO, Jesús R. Al primer terç del segle XX: Maurici Hernández Ponsetí i Francis Ch. R. Jourdain
http://esbusqueret.com/pdf/18

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